El que no sepa leer
no cambia mi derrotero
puesto que yo puedo hablar
¡y hablo con el acero!
¡Escuchen bien hocicones
que el hambre no conocieron
pues desde niños tuvieron
escuela, casa y doblones!
En cambio en otras naciones
¡yo me las tengo que ver!
ya son ganas de joder
¡vosotros me tenéis pica!
si en nada les perjudica
el que no sepa leer.
No hablen mucho de marranos
los vi a la hora de criar
tragar hasta reventar
¡igual que muchos fulanos!
Yo tengo mis pies y manos
y espíritu aventurero
y ya que dejé el chiquero
hecho que a ustedes disgusta
sepan que envidia vetusta
no cambia mi derrotero.
Tras de una prosa elegante
y por cosas del gobierno
el estudio se hizo eterno
¡y estudió cuánto mangante!
Por eso ante este arrogante
yo no me voy a doblar
y si charla hay que entablar
aunque soy un hombre rudo
no me consideren mudo
puesto que yo puedo hablar.
Allá si gobierna el Rey
no me da ningún encono
porque con trono o sin trono
¡aquí mi palabra es ley!
Tengo un árbol de mamey
y también un zapotero
y en una vaina de cuero
la espada que a veces blando
porque hablo de vez en cuando
¡y hablo con el acero!
© 2005 Luis Bárcena Giménez
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